El componente de simbiosis industrial dentro del programa RedES-CAR, reunió 31 empresas de diversos tamaños y sectores, ubicadas en la jurisdicción CAR, que diseñaron juntos 26 proyectos colaborativos con impactos económicos y ambientales tangibles orientados a impulsar la economía circular. Estos proyectos surgieron a partir de 8 unidades de aprendizaje en donde las empresas pudieron conocerse, compartir información sobre sus entradas y salidas con el fin de identificar oportunidades de simbiosis industrial. La simbiosis industrial plantea: i. el intercambio de subproductos en donde el residuo de una empresa se vuelve el insumo de otra, ii. intercambio de servicios públicos (agua, energía), y iii. uso compartido de infraestructura o servicios para disminuir tarifas y reducir impactos ambientales asociados a transporte, bodegaje, entre otros.
Algunos ejemplos de proyectos que surgieron incluyen una empresa dedicada a la fabricación de cemento, Molsabana y otra dedicada al reacondicionamiento de envases metálicos y plásticos, Ecotambores. Estas empresas encontraron la oportunidad de un intercambio doble a partir del cual Molsabana le entrega los tambores de aceite que utiliza para que Ecotambores los reacondicione y los introduzca de nuevo al mercado. A su vez, Ecotambores le pasa sus lodos de la PTAR a Molsabana para que sean utilizados en la fabricación de cemento. Esto genera beneficios económicos para ambas partes por sustitución de materia prima virgen y por reducción en pagos de gestión de residuos, así como beneficios ambientales asociados a menor disposición de residuos peligrosos que ahora pueden ser aprovechados en nuevos procesos productivos.
Otro ejemplo se dio entre la empresa dedicada a la producción y comercialización de cerveza, Bavaria y 4 porcicultores de la jurisdicción CAR que encontraron la oportunidad de reducir la disposición de residuos y aprovecharlos en los procesos de los porcicultores. Bavaria genera una cantidad significativa de lonas de sus camiones las cuales, en parte, se estaban disponiendo y generando un cobro por parte del gestor. Aquí, encontraron la oportunidad de entregarlas a los porcicultores para que ellos reemplacen la polisombra que requieren en su actividad pecuaria, sustituyendo así una materia prima virgen por un material proveniente de otro proceso. Esto genera beneficios económicos para ambas partes, así como el aprovechamiento de residuos y la disminución de material que termina en relleno sanitario, así como el ahorro de la explotación de recursos asociada a la producción de nuevos materiales. Este es un ejemplo de como la economía circular vincula a grandes y pequeños de sectores que parecen no tener nada en común.
Los invitamos a seguir de cerca los resultados de este componente de simbiosis industrial que ya finalizó 2 de las 4 cadenas previstas para el 2019 y que en años anteriores ha logrado beneficios superiores a $4.700 millones de pesos con beneficios ambientales equivalentes al agua que consumen más de 3.200 personas, los residuos que generan más de 23.000 personas y las emisiones de CO2 que generan 176 vehículos al año.